sábado, 3 de diciembre de 2011




Nuestro mayor miedo, no es que no encajemos... Nuestro mayor miedo es que tenemos una fuerza desmesurada. Es nuestra luz y no nuestra oscuridad lo que más nos asusta. Empequeñecerse no ayuda al mundo, no hay nada inteligente en encojerse para que otros no se sientan inseguros a tu alrededor. Todos deberíamos brillar como hacen los niños. No es cosa de unos pocos, sino de todos, y al dejar brillar nuestra propia luz, insconcientemente damos permiso a otros para hacer lo mismo, al liberarnos de nuestro propio miedo, nuestra presencia libera automáticamente a otros...

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